Historia de una imágen
VIDEO
“Realmente lo amé, incluso más que a mí misma”
“Eramos amantes, amigos, performers, todo junto y
nuestro amor estaba encima de eso”
Resulta sumamente interesante todo lo que una
fotografía guarda, todas las historias que tiene detrás,
esta para mi es una de las historias de amor (falsa o no)
más intensa, dramática y profunda que he conocido,
digna de ser contada, y afortunadamente documentada,
es también motivo de la fama de una de las artistas visuales
más influyentes en la actualidad.
Marina Abramovic, conocida como la abuela del
performance, es una artista Serbia que desde 1970
inicia su carrera como artista visual utilizando su
cuerpo como el principal medio para generar la obra
explorando la relación público- artista y los límites
físicos y mentales de su cuerpo. En sus performances
se ha sometido al dolor, el agotamiento, situaciones de
peligro y transformaciones emocionales teniendo un
contacto muy personal con el espectador, tanto el público
como ella hacen y son la obra de arte.
De 1970 a 1976, Marina crea en solitario una serie de
performances, Ritmo 0 es uno de los más conocidos, con
una duración de 6 horas, 72 objetos colocados en una
mesa junto la instrucción USTED PUEDE UTILIZAR
CUALQUIERA DE ESTOS OBJETOS SOBRE MÍ,
entre estos objetos había desde una cámara instantánea,
una botella de perfume hasta tijeras y una pistola cargada,
al principio el público actuó de manera precavida pero
conforme el tiempo avanzó las reacciones hacia ella resultaron
más agresivas.
En 1976, el artista alemán Uwe Laysiepen (Ulay) asiste a una
galería en Ámsterdam y conoce a Marina en uno de sus actos,
a partir de ese día hasta poco más de 10 años después
permanecieron juntos como pareja y como una unidad que se
dedicó en cuerpo (literal) y alma al arte del performance.
El trabajo que hicieron juntos es impresionante, sus piezas ha
inspirado a otros artistas, pero particularmente uno pensaría lo
contrario, esos años fueron muy difíciles para ellos el arte apenas
les daba para comer orillándolos a vivir de una forma muy limitada
dentro de una furgoneta por 5 años.
En 1988 de una manera muy simbólica convierten su ruptura
también en una obra de arte, algo tan personal lo exhiben para
lograr una transformación emocional y espiritual, realizan su
último performance juntos llamado The Lovers cada uno en dos
extremos de la Gran Muralla China, él desde el desierto de Gobi,
ella desde el Mar Amarillo hicieron una larga caminata de 2500 km
de recorrido para encontrarse justo en el centro de la muralla,
despedirse dándose un último abrazo y en 23 años no se volvieron
a ver ni a comunicar y mucho menos a trabajar juntos.
La despedida más romántica de que he oído jamás.
Los motivos de la separación son muchos, infidelidad, rivalidad
profesional, supongo que es lo que menos importa.
Marina Abramovic demostró y sacó su dolor con lo que mejor
sabía hacer, por supuesto, performances y videoinstalaciones y
del trabajo de Ulay se sabe muy poco, algo como fotógrafo y otras
cosas como performer.
Marzo 2010, se inaugura en el MoMA una retrospectiva del
trabajo de Marina Abramovic, incluidos los trabajos que realizó
con Ulay, con recreaciones de manera cronológica de sus
performances, en esa retrospectiva se encontraba ahí Marina
para una nueva pieza llamada The Artist is Present, durante
716 horas con 30 minutos sentada en silencio, una mesa de por
medio cada uno de los espectadores quienes hicieron filas y
filas para poder sentarse frente a ella y sostenerle la mirada
por unos minutos, todo esto se grabó para el documental con
el mismo nombre, las reacciones del público fueron variadas,
asistieron celebridades, pero el día de la inauguración alguien
inesperado tomó el asiento, 23 años después estaban juntos de
nuevo realizando un performance, el estremecimiento de Marina
al verlo es evidente, y fue con el único con el que tuvo contacto
físico después de hablarle solo con la mirada. El reencuentro
más emocionante y dramático que duró solo un minuto, la
comunicación más sincera, la complicidad, las lagrimas, la
sonrisa nerviosa, los lazos que al parecer nunca se rompieron.
Actualmente la carrera de Marina Abramovic va en asenso,
con colaboraciones por demás presuntuosas, que dejan mucho
que desear, en lo personal me quedo con esta historia, me inspira,
me conmueve, me quedo con la carrera de Marina al lado de Ulay,
con sus inicios y como abrió el camino a futuros artistas del
performance.
"Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que
andábamos para encontrarnos" (Julio Cortazar)

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